El 24 de junio de 2006, Beyoncé lanzó uno de los temas más explosivos de su carrera: “Déjà Vu”, en colaboración con Jay-Z. Hoy, 19 años después, seguimos sintiendo la energía y la potencia de una canción que marcó el comienzo de una nueva era para la artista.
Este sencillo fue el primero del álbum B’Day, el segundo trabajo de estudio en solitario de Beyoncé, y representó una evolución tanto sonora como visual. Producido por Rodney "Darkchild" Jerkins, Beyoncé, y otros grandes nombres de la industria, “Déjà Vu” fusiona elementos de funk, R&B y hip-hop con una intensidad vibrante que pocos podían igualar en ese momento.
La química entre Beyoncé y Jay-Z —ya consolidada tras el éxito de “Crazy in Love” en 2003— volvió a brillar con fuerza. Su dinámica en este tema no solo reforzó su impacto musical como pareja creativa, sino que también dejó en claro que ambos estaban construyendo un imperio artístico y personal.
El videoclip, dirigido por Sophie Muller y grabado en Nueva Orleans, generó tanto admiración como controversia por su sensualidad, sus estilismos tropicales y la pasión que transmitía. A pesar de las críticas iniciales, con el tiempo se ha convertido en un clásico visual del pop de los 2000.
“Déjà Vu” no tardó en escalar las listas de éxitos: alcanzó el #1 en el Reino Unido y el Top 10 en el Billboard Hot 100, además de consolidarse como un himno de los escenarios en los conciertos de Beyoncé.
Hoy, casi dos décadas después, la canción sigue sonando con fuerza y demuestra el poder atemporal de Beyoncé como performer, compositora y visionaria. “Déjà Vu” fue más que un éxito: fue una declaración de intenciones y una prueba más de que Beyoncé estaba destinada a dominar la música global.